Resumen
En este artículo se establece la relación existente entre el Liceo de Atenas, fundado por Aristóteles en el Siglo IV a.C., y su relación con el Liceo del Valle. Como, además del nombre, se encuentra una determinada postura educativa y antropológica acorde con los principios pedagógicos acordes a la naturaleza humana.
Conceptos clave: Aristóteles, Liceo, Atenas, Hilemorfismo, Educación, Persona, Preceptoría.
Abstract
This article establishes the relationship between the "Liceo de Atenas" school, founded by Aristotle in the 4th century BC, and its relationship with "Liceo del Valle school". As, in addition to the name, there is a certain educational and anthropological position in accordance with the pedagogical principles according to human nature.
Key concepts: Aristotle, Lyceum, Athena, hylemorphism, education, person, preceptor.
Un hombre maduro y un joven caminan por el jardín. Entablan un diálogo acerca de algún tema que, al parecer, es de gran interés para ambos; el primero parece preguntar y el segundo responder. Es una conversación relajada, tranquila. Una estampa común en el Liceo del Valle, un preceptor preceptuando a uno de los alumnos de esta institución educativa.
Es una estampa que bien puede corresponder a la de hace 2 500 años, cuando Aristóteles disertaba a sus discípulos los aspectos fundamentales de su filosofía: de la lógica, la física, la metafísica, la ética...Sobre todo de la manera en que el hombre debía cultivar sus facultades intelectuales para desarrollarse, para ser virtuoso, tal y como lo intentara con el impetuoso y despierto Alejandro, príncipe de Macedonia.
La coincidencia es menos fortuita de lo que creemos. Aunque en la actualidad la palabra Liceo designa a un centro de enseñanza media, en el caso del Liceo del Valle se designó a este proyecto educativo por su coincidencia con los fundamentos filosóficos del Estagirita (nombre dado al pensador griego por haber nacido en Estagira, Macedonia). Liceo es el nombre con el que Aristóteles designó el lugar en que se reunía para difundir su pensamiento.
Era un espacio céntrico de Atenas (descubierto en 19961), cercano al templo de Apolo Licio. Licio de acuerdo a algunas teorías se deriva de lobo o protector de los lobos2, aunque también podría aludir a la región de Licia de donde se creía era originario este dios3. A la escuela aristotélica también se le dio el nombre de peripatética ( de peri-: alrededor, patein-: deambular, e -ica: relacionado con), porque el Filósofo acostumbraba impartir sus enseñanzas caminando alrededor de los jardínes.
El espacio en que disertaba Aristóteles era público y contaba con jardines, gimnasio y pórtico. Es probable que en la casa cercana, propiedad de algún discípulo, se encontrara la biblioteca que reunió un acervo significativo del corpus aristotélico ( se especula que pudo llegar a los 10,000 papiros, entre los que se encontraban 157 libros de Aristóteles4), así como un área para un jardín botánico y un pequeño zoológico. Esto último debido a que el Liceo se inclinaba por el estudio de las Ciencias de la Naturaleza, a diferencia de la Academia que fundara su maestro Platón que daba preferencia a las Matemáticas5 ( recordemos el famoso letrero que se encontraba en el pórtico: “No entre nadie que no sepa geometría6”).
Al parecer, el programa del Liceo se dividía en sesiones matutinas, de carácter teórico experimental, donde se exponía un tema determinado -apoyado en material visual o material-, después se discutía y, finalmente, se realizaban las síntesis en forma de monografías o tratados; el proceso implicaba trabajo en equipo de investigación, clasificación, catalogación, etc7. Por las tardes, se daban clases de retórica para un auditorio más heterogéneo, a las que se designa como exotéricas y a la que asistía alumnos con intereses intelectuales menos pretenciosos.
Aristóteles es uno de los grandes filósofos de la cultura Occidental. Desarrolló uno de los sistemas conceptuales más influyentes de la historia. Un sistema que se contrapone al del Idealismo Objetivo de su maestro Platón: el Realismo. Postura que como afirma Joseph Pipper, desde un punto de vista ético se caracteriza por”... “respetar la realidad”; es decir: a la “idea de que “quien quiere conocer y hacer el bien, debe dirigir su mirada al mundo real objetivo, no a la propia ‘intención’, ni a la ‘conciencia’, ni a los ‘valores’ o a ‘ideales’ o ‘modelos’ establecidos por decisión propia. Debe prescindir de su propio acto y mirar la realidad8-”
En síntesis, que el pensamiento se debe adecuar a la realidad y no la realidad al pensamiento. Este es el fundamento del que parte la interpretación de conceptos importantísimos para la educación: la del hombre y de la moral. La idea de hombre parte de la teoría hilemorfista ( Del gr. ὕλη hýlē 'materia', μορφή morphḗ 'forma' e -ismo9) aristotélica, que señala que es una unidad de cuerpo y espíritu. Y aunque muchas concepciones coinciden en el aspecto corporal, material, que conforman al ser humano, no basta. Dejan de lado el aspecto espiritual en el que radica la naturaleza del hombre: la persona humana, concepto que fueron desarrollando otros pensadores posteriormente como Santo Tomás en el Siglo XIII o Maritain en el XX . No es suficiente apelar a la realidad químico-física-biológica del hombre, hay que considerar la menos perceptible realidad espiritual:
El hombre es una persona dueña de sí misma por su inteligencia y por su voluntad. No existe sólo como ser físico. Tiene una existencia más rica y noble, la existencia espiritual propia del conocimiento y el amor. Así, en cierto modo, es un todo y no sólo una parte; es un universo en sí mismo, un microcosmos en el cual el universo entero puede ser abarcado por el conocimiento. Y por el amor puede entregarse libremente a otros seres que son para él como si fueran él mismo. De ese tipo de relaciones no hay equivalente alguno en el mundo físico10.
Este concepto del hombre, es el que funda el programa de preceptoría, en la que se trata de orientar a cada alumno desde el diálogo, para que asuma su crecimiento personal que lo perfeccione; que desde su libertad decida aquellos aspectos que lo ayudarán a desarrollarse en plenitud de acuerdo al fin para el que está llamado. El acercamieno entre el educador y el educando, en un relación de confianza, en la que se busca la formación integral del alumno, de la persona. No sólo para que pasé una materia o un grado académico, sino para que viva la vida plenamente, virtuosamente. para que tenga claro que el fin de la educación, es trascender.
En el Liceo del Valle han coincidido grandes educadores -desde su labor docente o como expositores y asesores- que han desarrollado una tarea con este fundamento aristotélico (tomista podríamos agregar), empezando por nuestro distinguido Julio Mayora, Fabio González, Eduardo Sánchez, Alejandro Llano, David Issac, Leonardo Polo, Aquilino Polaino, Héctor Zagal y otros muchos que han ayudado a consolidar el proyecto de un nuevo Liceo en el valle de Atemajac, que busca formar hombres de carácter.